En el tiempo que
tomó leer el título de este texto, se han subido más de 16.200 nuevas
publicaciones a Facebook, alrededor de 5.000 nuevas imágenes en Instagram y más
de 2.000 minutos de video en Youtube. En solo 4 segundos, la cantidad de
contenido nuevo subido a redes sociales es tan abrumadora que es fácil perder
la perspectiva de qué es real y qué es falso, en especial en situaciones tan
complejas como las que estamos viviendo.
El fenómeno de las
Fake News o noticias falsas nació de esta avalancha de contenido que no tiene
ningún tipo de filtro ni comprobación. Incluso hemos visto como medios de
comunicación tradicionales han sido víctima de estas informaciones falsas,
compartiéndolas en sus perfiles y generando mayor desinformación. Pero, si a
veces ni los medios de comunicación son capaces de discernir sobre lo real y lo
ficticio, ¿cómo podemos resguardarnos como usuarios de caer en el ciclo de la
desinformación?
Lamentablemente,
no hay una respuesta definitiva. Muchas veces las Fake News utilizan cifras o
imágenes reales, pero tergiversan su presentación para cambiar el sentido del
discurso. Podemos encontrarnos con imágenes que parecieran ser de un noticiero
establecido, pero en realidad son solo fabricaciones digitales o contenido
manipulado.
La principal
recomendación es contrastar las fuentes de información y no quedarse con una
sola: si leemos una noticia, es necesario buscar esa misma información en otros
portales o cuentas, comprobar con organismos oficiales e incluso con cercanos o
conocidos que puedan tener información de primera fuente. La actualidad digital
impide que como usuarios podamos quedarnos con la primera fuente de información,
la recomendación es, frente a la duda, siempre contrastar los datos.
Leonardo González Ramírez
Periodista digital
Universidad San Sebastián
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